martes, 29 de diciembre de 2020

Gaitania Señorial

GAITANIA BRAVÍA
Gaitania, linda y ancestral,
bella ayer, hoy, mañana y siempre
Gaitania viva y señorial,
hermosa aun más en diciembre.

Castillos luminicos florecidos,
pesebre verde del sur del Tolima,
tierra honrada de arrieros bravíos
que evitan horizontes ennegrecidos.

Gaitania de historia y de honor
y con diciembres alegres y de paz,
que birlan los antiguos meses de horror,
tierra bravía de todo capaz.

Gaitania de flores para amar,
de conflictos por la dignidad,
pide tierra para labrar
con la voz guerrera de la igualdad.

Gaitania aroma de los grandes
te llevo pegada a mi corazón,
tus calles torcidas recuerdan,
la historia tortuosa de tu sufrir.

Eres la Tierra del mejor café,
alza su voz con higalguía vital
por la paz ora con amor y fe,
celebra hoy en paz la Navidad.

Plinio Pindalú, diciembre 11 de 2007.

viernes, 18 de diciembre de 2020

Enamorado que no claudica

A MIS AMORES

Enamorado que no claudica,
lejano de los dioses
muy cercanos a las locuras.
a mis mujeres y estadisticas.

He aprendido del mundo
y de la vida de los favores,
agradecerles las limosnas
y sus rabias y virtudes.

La rutina, el sueño, las estrellas
y el sabor del agua  plenos,
como el amor de las bellas
no  son a mi corazón ajenos,

Con amarguras vivo, 
una  felicidad que viene 
de tristeza  inventada,
de sus paraísos perdidos.

Tuve  mujeres de momento,
de amores no  vanos ni dispersos,
hoy son alegría en el recuerdo, 
son  cenizas, en fuego violento.

Desde una antigua inocencia
colman una ráfaga de olvidos,
perdono a las que me amaron:
sus ausencias,son mi castigo.

Plinio Pindalú

No quiero morir

¡Au cas où je mourrais!

La infamia siempre 
me ha perseguido
como una sombra gris 
y he luchado contra ella
sin quererse ir ,
toda mi vida le he dado 
puñetazos, 
la he mandado a tierra, 
con fuertes golpazos
pero se levanta 
y quiere hacerme daño 
constantemente. 
A mis amigos les digo 
que a mi no se me acaba
el mundo ni muriéndome, 
ahí dejo una esposa
que es como una rosa 
del otro mundo de jardín 
dejo mis tres hijos,  
tres ciudadanos de bien, 
tres dioses del Olimpo,
tres seres maravillosos, 
tres bibliotecas vivas: 
Isis, Santiago y Antanas,
sabidurías y señoríos
así son los hijos míos
como nobles ríos
son mi corazón
y mi sin razón 
Mi madre me enseñó 
a no devolver el mal 
ni el desdeño
y mi padre a nunca esperar 
el bien ni siquiera 
de los amigos,
para no tener que llorar 
ni defraudarme jamás.
Porque el que escribe
dice mucho y sufre poco
porque el que escribe
Olvida mas fácil su dolor.
Sufro una inmensa pena
y un dolor profundo
y lloro aunque me cueste
morir, no quiero sufrir

Plinio Pindalú

He buscado. .

HE BUSCADO
He buscado palabras,
para describir con luces,
tus sentimientos y amores
y sólo el diccionario 
hermoso de nuestras vidas,
trae en los recuerdos,
los ideales y los goces
que parecen fantasía.
Recuerdos  ondinos
e imágenes azules
que no son  idolatría.
He buscado un mar sin olas
en donde pueda escribir
una página llanita,
escribír  tu nombre
que borró la brisa,
pero con el encanto 
llegó al asombro
cuando mis ojos leyeron
tu nombre  sobre la arena
de mi playa que sabe
traducir los escritos
amorosos de los amantes
sobre el agua.
Plinio Pindalú

Hojas secas, hojas de olvido

HOJAS SECAS, HOJAS DE OLVIDO
Hojas secas
Hojas de clamor,
Recuerdo dulce
De un viejo amor,
Que dejamos escapar.
Amores que se van
Y que ya no pueden
siquiera regresar,
Déjalos ir
Que si vuelven
Ahora sí nos
Pueden divertir.
He llorado
Todos mis amores
Y queriéndolo
No he logrado morir,
Nada tiene final,
Los amores verdaderos
No se olvidan
Y su llama
De las cenizas vuelve  
De nuevo a comenzar.

Plinio Pindalú

sábado, 12 de diciembre de 2020

Lo titulos honoris causa: su validezjuridica

PREGUNTA:
¿Puede una persona presentar un título honorífico otorgado por una institución de educación superior como requisito para el ejercicio de un empleo del nivel profesional que exige acreditar título de formación profesional en el área académica determinada en el manual de funciones?
RESPUESTA:
El Consejo de estado ha dejado en claro que el título honoris causa no remplaza el  título profesional o académico para ocupar un cargo público.
Así lo ha precisado la sala de consulta y servicio civil del Consejo de estado en concepto del 23 de septiembre de 2006, radicación 2036:
“…. Como se observa, los elementos esenciales del “título” profesional son: (i) el reconocimiento expreso de carácter académico; 
(ii) obtenido a la culminación de un programa; y 
(iii) que es resultado de haber adquirido un saber determinado. 
Supone entonces la superación de diferentes pruebas que permiten llegar a ese nivel educativo y, en ese sentido, las Instituciones de Educación Superior, actúan como colaboradores del Estado en la formación de personas capacitadas para el desarrollo de actividades que demandan títulos de idoneidad.
Y el Ministerio de Educación Nacional, según la Ley 30 de 1992 dice:
Entre tanto, cuando las normas de la función pública exigen un título profesional, están haciendo referencia a aquél que, conforme a la Ley 30 de 1992, cumple esas condiciones de acreditar la culminación de un programa académico profesional y, por ende, la adquisición de un saber determinado habilitante para ejercer una determinada profesión. 

Por tanto os títulos honoris causa no tienen esas características. Se han desarrollado al amparo de la autonomía universitaria pero con fines diferentes a los señalados en la ley. Como su nombre lo indica no tienen su causa en la adquisición de un saber a la culminación de un programa académico y previa la superación de las pruebas exigidas para cada caso,  sino en un “honor” que se hace a determinadas personas por diversas razones como el agradecimiento, el reconocimiento de sus valores, los aportes hechos a la sociedad, sus vínculos con la institución educativa, etc.
En ese sentido, cuando una institución de educación superior concede tales títulos honoríficos, no lo hace en el contexto de la Ley 30 de 1992, esto es, en el marco de su actividad educativa y como reconocimiento de la culminación de un programa académico, sino como expresión de su autonomía administrativa. Su valor, por tanto, no llega a ser sustitutivo o equivalente de aquéllos que se otorgan de conformidad con el artículo 24 de dicha ley, los cuales, según se explicó anteriormente, son los exigidos para el acceso a determinados cargos de la Administración Pública. Así que ha estudiar un doctorado por que aquellos amigos míos que han comprado títulos de PhD en la  modalidad de HONORIS CAUSA , en la UNIVERSIDAD DE PANAMÁ, ni de ninguna otra Universidad, no sirven para cumplir requisitos para los cargos del estado colombiano.

Visitando a mi viejo y mi nuevo hospital

VISITANDO AL HOSPITAL UNIVERSITARIO DE NEIVA
Hace dos días hice una visita nocturna a mi Hospital Universitario de Neiva. y lo comparé en sus interminables 365 noches de mi viejo hospital de internado con la noche de hoy. Todo habia cambiado en lo que a tecnología se refiere, hoy todo es redes, digitalización, software y monitores, pero no las noches, siguen siendo las mismas, hoy más poéticas con mis remembranzas. Todo no  ha cambiado en ese paisaje nocturno de tétrico hospital. Pasillos y habitaciones ya no desiertos. Sin paredes estremecidas por la humedad. Sin la  luz mortecina que lame los techos. Me dio tristeza del ausente  eco de unos pasos trepando las escaleras de mujeres escalando hacia las habitaciones de los médicos internos. Ya no había  esa odiada gotera que  caía con la  regularidad de Immanuel Kant. Desaparecieron los rumores de sexo clandestino, de bocas crispadas y de deseosos  gemidos silentes. Desapareció el viejo árbol de mamoncillos, frente al pabellón de Psiquiatría, por donde subían las féminas sedientas y bajaban pródigas de Cupido. Sigue conservado el olor viejo y nuevo a hemoglobina y a orines solamente viejos; a formol de la morgue. Sirenas de ambulancias que llegan o se van. Portazos. Gritos. El viento silba a través de los vidrios y ventanas entreabiertas. Las ruedas de una camilla rechinan trabadas  sobre el piso nuevo. Siluetas sobre camas desvencijadas de dos cuerpos cubiertos, una con la cabeza escondida debajo de la colcha. Una madre triste  canta una canción de cuna a su nieta que acaba de morir. Un suspiro y un suspirado. El llanto contenido de un hombre que se tapa la cara con las manos porque lo han sorprendido enamorando a una viejita a quien recién en la mañana le habían practicado la histerectomía. Hombre ya muerto de vergüenza, sin hiel  pero enamorado. Una mujer se cubre los pechos lánguidos con una sábana sucia, con su mastitis bilateral en clínica de heridas. Se tiembla de frío y de indignidad. Suenan las alarmas de los monitores, gritos de las enfermeras  y el soplido de los respiradores. Una jungla de animales fantásticos ladrándole a la noche mira el accionar de los médicos heróes que han alejado por un tiempo a  la muerte. Levanto un pliego de cartulina y en letras negras dice:" Fuera maldito Procurador Ordóñez:  Petro se queda". Las cosas brotan en la noche como un mar de libélulas en una atmósfera de campo de guerra mediática. Todo es sombrío, gris, lúgubre y frío. Sólo los médicos se sienten a salvo en un lugar como éste. No quieren irse. Sueñan con volver, cuando se van. Se sienten como en su casa. Nadie más, sólo ellos vivencia esta molicie diaria. Porque somos los médicos los más enfermos de todo el hospital. Para terminar estas vivencias puedo afirmar que el ruidito de un beso, en la noche del viejo hospital dinamitaba todas las penumbras, encendía los corazones y era la cuota inicial, predecesor de lo bueno. Sixto Alfonso