domingo, 17 de mayo de 2020

¿CUANDO SE ES VIEJO?

¿CUÁNDO SE ES VIEJO?
La cuarentena es realmente un espacio de tiempo que necesitaba. En la bitácora de mi vida, no había tenido tiempo para la reflexión sobre el viejo y la vejez hasta ahora, haciéndolo para el concepto del anciano que rige en nuestra sociedad del capitalismo salvaje. Observo que el anciano, es en efecto un desplazado un damnificado sin importancia por el desastre del paso de los años. Se es viejo cuando se tiene más alegría por el pasado que por el futuro,. ¿ pero que alegría nos ofrece hoy el horizonte de guerras, invasiones y pandemias ? El anciano, visto como un ente discapacitado y como un estorbo dependiente, es sujeto de la solidaridad, la compasión, la lástima y, en muchos casos, de la indolencia y el abandono, eso como producto de una sociedad individualista que los considera piezas gastadas e inútiles de la maquinaria social y económica, pues ya no trabajan ni producen plusvalía.
Recordando mi apego a la vida, nos viene al instante Sófocles quien afirmaba que los que en realidad aman la vida son aquellos que están envejeciendo. El joven la desprecia porque cree que nunca va a llegar a viejo o ve la vejez muy pero muy lejana. Es natural que quienes estamos envejeciendo vemos más cerca el dilema "desde la cuna hasta la tumba" como agotamiento próximo del periodo de la vida.
La vejez comienza cuando el recuerdo es más fuerte que la esperanza. sencillamente porque el viejo solo goza de la memoria anterógrada, recuerda su niñez pero olvida lo que hizo ayer o esta mañana. Nunca nos enseñaron que la primera obligación de todo ser humano es ser feliz, la segunda hacer feliz a los demás.
Quizá el aspecto más espiritualmente enfermizo de la cultura occidental capitalista, sea la incapacidad para aceptar la muerte como parte natural de la vida. La muerte es más universal que la vida, todos morimos, pero no todos vivimos con los estándares mínimos de bienestar.
Envejecer no es nada; no es realmente un problema lo terrible es seguir sintiéndose joven en un ámbito de desprecio por la factura del deterioro biológico.
Nada nos hace envejecer con más rapidez que el pensar incesantemente en que nos hacemos viejos, no porque las palabras tengan poder, sino por los años que si lo tienen.
El arte de envejecer es el arte de conservar alguna esperanza, pero es lamentable todas esas leyes y todos esos virus que se fabrican para eliminar esa franja grande de nuestro población.
Nadie es tan viejo que no pueda vivir un año más, ni tan mozo que hoy no pudiese morir, decía una señora a la que le sacaron un meme, por decir que a los mayores de 70 años, les estaban midiendo el aceite con el COVID 19. El error del anciano es que pretende enjuiciar el hoy con el criterio del ayer., dijo Epicteto, siglo I y todos los jóvenes cuando nuestros padres nos corregían. Pienso que debemos olvidarnos de cumplir años y empezar a cumplir sueños.
La vejez no lleva inherente la depresión, la razón por la que no podemos combatir la depresión senil es porque vemos la vejez como sinónimo de enfermedad. Decía mi padre que uno se envejecía más con los cumpleaños de los amigos que con los años de trasegar propios. Hoy me siento bien envejeciendo con los años. de los demás. Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer y escribir, sino aquellos que no sepan aprender, desaprender y reaprender decía Alvin Toffler , porque aunque todos nacemos siendo originales la mayoría por no ser auténticos, ni hacer de nuestra vida lo que queremos, acaban siendo copias.
Hay que luchar contra la idea de que el viejo es funcionalmente limitado , la mayoría de la población anciana no se halla impedida, pero así la tratan. .¿ Porqué vivimos el atardecer de la vida con el mismo programa de la mañana?
Saber envejecer es la obra maestra de la vida, y una de las cosas más difíciles en el arte dificilísimo del vivir.
En la sentencia que dice que en la juventud aprendemos, y en la vejez entendemos, alienta de como la sabiduría es propia de los ancianos, tanto que para nuestro antepasados los indígenas, los regía el consejo de Ancianos como máxima autoridad.
Hoy, sólo con una dosis moderada de prevención, la expectativa de una vida completa y saludable, no es el privilegio de unos pocos sino la suerte de la mayoría. Por eso las muertes prematuras resultan especialmente chocantes, indefendibles y crueles.
Recordemos a GABO quien afirmaba que el secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad.

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