martes, 20 de agosto de 2019

VIAJE A BOGOTA Y EJEMPLO DE TOLERANCIA

Cuando papá me llevó por primera vez a Bogotá, corría el año de 1975, por esa época me gustaba escribir hasta en los buses. En un cuaderno de ese viaje he releído una pequeña descripción acontecida en un destartalado bus urbano de Bogotá, viajaba en puestos diferentes, mi papá adelante porque había conseguido puesto y yo estaba al pié de él, pero con la entrada y salida de pasajeros, los frenazos y el tumulto me trasladaron cercano a la silla amplia de atrás o de los músicos. Observé como una niña rubia de doce años impecablemente vestida, dialogaba con dos pasajeritos con envidiable animación. El mayor de los pasajeritos, supremente sucio, con dentadura arruinada, llevaba sus pies descalzos impregnados de la mugre. El menor unos zapatos rotos, que dejaban ver sus dedos sucios, tenía un abrigo inmensamente discordante con su talla menuda, sus manos sucias y uñas comidas. Ambos tenían el pelos tieso que los delataba en su negación al duchazo de áquel día. Noté que esa bella niña rubia de uniforme escolar limpio no parecía advertir la diferencia que la separaba de sus dos ñeritos contertulios, no se molestaba por su improvisado y sucio vestuario en oposición a con la alegría que disfrutaban del diálogo. Al final de su recorrido, los niños ñeros al bajarse la rubia estudiante le desearon de despedida que ganara el año. La niña rubia bajo del bus con su padre y ya en la acera, le recriminaba fuertemente a su hija, haber sostenido diálogo con esos niños "maleantes". Pero me pareció una intolerancia más, minutos después un señor enfermo, también pasajero, había preferido continuar a pie a tener el valor de sentarse entre los dos ñeritos. Tolerar pues, no es cosa fácil. Toda nuestra naturaleza y tradición ancestral atentan contra la virtud civil mas imprescindible de hoy: La tolerancia. Aplaudo la pluralidad de la rubia estudiante que no solo tolera a los despreciados sino que hizo de la comunicación el encuentro inesperado y enriquecedor de las diferencias y eso es lo que espero del Presidente Duquebrecth en la implementación del post conflicto: TOLERANCIA Y RESPETO POR LOS ACUERDOS DEL TEATRO COLON DEL 16 DE SEPTIEMBRE DE 2016
OTXIS OMARAP

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