Sobre una orilla del blanco río,
tu imagen lejana divisé,
eras tu, que como regalo sonrió,
eras tú, a quien primero besé.
Te vi tan linda y tan parecida a mí,
que mi corazón se emocionó,
desde ese día maravilloso
no tengo ojos ni oidos sino para tí.
Qué le puedo pedir a la vida,
si todo me lo has dado
orgullosamente para ser feliz,
no cambies y sigas así.
Tres tesoros me diste
que llenan mi vida de plenitud,
Isis, Santiago y Antanas,
motivos de amor y gratitud.
Fué en San José del Guaviare,
cuando el horizonte se me volvió luz,
no tenía caminos pero brillaste tú,
María Victoria, todo lo hago por tí.
que mi corazón se emocionó,
desde ese día maravilloso
no tengo ojos ni oidos sino para tí.
Qué le puedo pedir a la vida,
si todo me lo has dado
orgullosamente para ser feliz,
no cambies y sigas así.
Tres tesoros me diste
que llenan mi vida de plenitud,
Isis, Santiago y Antanas,
motivos de amor y gratitud.
Fué en San José del Guaviare,
cuando el horizonte se me volvió luz,
no tenía caminos pero brillaste tú,
María Victoria, todo lo hago por tí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario