viernes, 23 de enero de 2015

EL DIABLO DE TIMANÀ

Ah....Timaná...bello Timaná de mis amores y recuerdos gratos!

El Diablo de Timaná (relato)

El temblor de febrero de 1967, fue un azote para el Huila. Entre esas tragedias, fue la caída de la torre principal de la Iglesia de Timaná, regentada por el Padre Agustín Sierra, cuyo hermano Tarquino Sierra, lo era de San Agustín. El Dr. Vladas Vasiluaskas, el Grande de Lituania, era el arquitecto contratado para reparar todas las iglesias católicas de Colombia. Era el año 1970, cuando el Dr. Vladas reunió a todos los maestros de obra y albañilería, haciéndole un examen escrito, en un apabullado idioma español. El seleccionado por el Dr. Vladas fue el maestro Sixto Páramo Moreno, mi padre.

Con mi padre se fueron a reparar la iglesia de Timaná. Era el año 1970, tenía yo 9 años, y el director de la Escuela Modelo. "Ángel María Paredes" de Neiva, Benito Segura Trujillo, por tercera vez negó mi matrícula, fundado en que en el examen oral no me había salido la muela de los siete años de edad.

Mi padre me lleva para Timaná, viajamos en un Jeep casi nuevo conducido por el Dr. Vladas, su primo Vitautas Kosarinas, también lituano y mi padre.

En Timaná, mi padre (ateo por convicción) entró a misa, por segunda vez en su vida ( la primera vez cuando se casó por el rito católico, con mi madre el 10 de abril de 1947).

El padre Agustín Sierra, en su homilía afirmó que la caída del templo obedecía a que Timaná ya estaba muy cerca de convertirse en Sodoma y Gomorra y que el pecado era la nueva religión de los timanenses. La crisis es tan grave, que esta iglesia, lleva dos años sin monaguillo - terminó así esa parte de su misa. Mi padre le habló al sacerdote Sierra de mí y así fue como llegó a ser Sixto Alfonso, monaguillo de la iglesia de Timaná. 

A los dos meses de estar en el cargo y ante el gran aumento de las casas de lenocinio (prostíbulos), el cura Agustín me ordena - Monaguillo Sixto, tenemos que acabar estos lugares insanos de esta noble villa de la Gaitana, así que te vas a disfrazar de diablo y vamos a pegarles un sustononón, a estos adúlteros pecadores. - Padre - le dije - “está buena la idea de acabar esos centros de diversión varonil, pero no todos (un pueblo sin putas jamás será paraíso)”. A lo cual el cura espetó: - Monaguillo Sixto, al confesionario - siendo castigado 300 padres nuestros y 90 Glorias y Ave Marías.

Padre para acabar los prostíbulos, primero hagamos un inventario de esas casas de Lucifer (en la noche se identificaba por uso de un bombillo rojo) y Padre solo asustemos a la casa más lujuriosa y pecadora.

El cura me ordena - Hágame el inventario mefistofélico y si quieres pida ayuda al sacristán Saturnino Beltrán. La tarea la terminé con Saturnino, en tres días: “La Mula de 500” era la casa de lenocinio predilecta del alcalde, concejales y de la alta sociedad de Timaná. Su dueña traía mujeres de Pereira, Ibagué y pueblos aledaños como Planadas. El personal femenino era entrenado durante tres meses para las artes del Catamenio, Himeneo y Morfeo.

Los maridos pobres que deseaban cambiar el menú casero no tenían presupuesto para ir a donde “La Mula de 500”, les tocaba echar los reales en otro sitio de menor finura: “La Badea Nigth Club” propiedad de una negra chocoana de Bagadó, contaba con muchas mujeres inexpertas en el arte del Himeneo. Otro lugar, frecuentado por solo mujeres y hombres desviados, era “La Casa de Safo”, por lo que hoy se llama minorías LGTB, allá encontramos a la esposa del alcalde y la mayoría de mujeres concupiscentes que integraban el Comité Pro Cúpula de la Iglesia de Timaná. Entre ellas la costurera que me tomó las medidas para la confección de mi disfraz.

Programó el cura Sierra, visita para los lenocinios de La Mula de 500, La Badea Nigth Club y la Casa de Safo, el viernes 8 de mayo de 1970, no sin antes emprender críticas en las misas de ese día.  Previa usanza de mi traje a colores rojo y negro   que era como el de un animal, de cola  larga y cachos  negros, me entregó el Padre dos frascos de vidrio que contenía un pedo químico de huevos podridos y azufre. Era las 11 y media de la noche, cuando irrumpí disfrazado en la pista de baile, rompiendo los frascos el olor a diablo se enseñoreó del lugar. La Mula de 500 presenta un síncope cardíaco y muere instantáneamente, el Alcalde con su amante sentada en sus piernas, presenta una trombosis y los demás borrachos pecadores convulsionaban y parecían poseídos por el diablo. 

Un campesino de Alto Naranjal, gritó “yo mato este diablo” con tremendo machetazo me cercenó la cola larga de trapo rojo, blanco y negro. Salí corriendo a la calle en dirección a la iglesia, la gente me perseguía tirándome hachones de candela,. La gente vocifera vítores  y vítores al borracho de Alto Naranjal, por que en forma valiente espantaba al Diablo. Al fin logró este Monaguillo  llegar  a la Iglesia  donde  encontró al  Padre Sierra, elevándome bienaventuranzas en sus oraciones.  Mes y medio después vino el obispo de Garzón a la inauguración de la cúpula de la única basílica huilense. De esta forma un niño por la obra de un cura católico, casi  pierde la vida y convertido en el primer Diablo de Timaná, libera la bella villa de la Gaitana, de las actuaciones del verdadero Satanás: el vicio, la lujuria y la prostitución.

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