Buena noche, niña mía,
dueña de mis espinas,
del amor y las serpentinas,
y del corazón de vendimias.
.
En diciembre de ardentía
nuestros corazones en pena
resisten alegres la condena
de vibrar miedos, con valentía.
Estás en mi alma roja y troyana
esculpiendo cercano tu futuro,
y sueño contigo en el mañana,
Beso tu boquita calentana
sin afán y sin apuros
como besa el indio su cervatana.
Sixto Alfonso Páramo Quintero
(Neiva, 22/06/1961) |
No hay comentarios:
Publicar un comentario